La seguridad es un valor en sí mismo. Tanto para las familias como para las empresas, tener unos servicios de vigilancia diseñados a medida es un factor que aporta tranquilidad. Pero, además, supone un beneficio económico real, ya que sirve para prevenir males mayores: cuantiosos gastos y tiempo dedicado a reparar los desperfectos o la pérdida de bienes valiosos. Cuidar del hogar o del negocio es una labor que debe dejarse en manos de profesionales que aporten un servicio de calidad y con todas las garantías. De entre toda la gama de opciones, se pueden destacar dos tipos de servicios: la vigilancia presencial y la vigilancia móvil.
Vigilancia presencial, una buena opción para las empresas
Este tipo de vigilancia se basa en la presencia física de los profesionales para cuidar de las instalaciones, accesos a edificios o incluso la custodia de llaves. Muchas empresas utilizan a diario este tipo de servicios para asegurar los puntos clave de sus instalaciones. También son habituales en centros comerciales, hipermercados y grandes establecimientos, así como en todo tipo de eventos públicos. La vigilancia presencial no solo aporta tranquilidad, sino que también ofrece una imagen de prestigio al negocio o evento que la contrate.
Vigilancia móvil, útil en el hogar y comunidades de propietarios
La vigilancia móvil consiste en un sistema de rondas que sirven para revisar periódicamente edificios, naves, locales comerciales, etc. En las comunidades de propietarios también se pueden utilizar para controlar zonas comunes o de fácil acceso a personas del exterior, como jardines, patios, piscinas, garajes y otros espacios. Estos recorridos preventivos son más eficientes si se engloban dentro de un plan que incluya otro tipo de elementos de seguridad, como la videovigilancia. Su utilización es demandada tanto por particulares como por empresas, ya que también sirve eficazmente en espacios industriales, de movimiento de mercancías, construcciones y grandes distribuidores de alimentación.
Características y beneficios de contratar vigilantes de seguridad
Los vigilantes de seguridad son fundamentalmente un recurso preventivo. Para llevar a cabo su labor utilizan las más modernas tecnologías y los procedimientos que establece la ley para realizar sus funciones. Entre las características de los servicios de vigilancia que los complementan se encuentran:
– Para el hogar. Servicio de intervención inmediata, videovigilancia y alarmas de última tecnología antinhibidores y control remoto. Además, la central receptora de alarmas está operativa permanentemente las 24 horas de los 365 días del año. A esta central se conectan las cámaras de videovigilancia más modernas, que se pueden instalar incluso para el control perimetral de una finca o vivienda. Por último, el acceso remoto privado permite comprobar y controlar el sistema de vigilancia de la vivienda desde cualquier dispositivo móvil.
– Para comunidades. Control de acceso a garajes con cámaras de lectura de matrículas, control de accesos, videovigilancia con visualización en conserjería, etc.
– Para empresas. Control de accesos, gestión de aparcamiento, alarmas de intrusión con conexión a PDA y telefonía móvil, circuito cerrado de televisión (CCTV), detección de incendios, control de ascensores y de iluminación, gestión de alarmas técnicas de temperatura o humedad. En resumen, es un servicio de vigilancia integral que también se ve complementado con la central receptora de alarmas permanente y todos los recursos tecnológicos que sean necesarios, según el tipo de instalación a proteger.
Aplicados en conjunto, estos recursos de seguridad aportan importantes beneficios. Se puede destacar, por ejemplo, la tranquilidad de que los accesos a viviendas, garajes o instalaciones industriales y comerciales estarán protegidos. Por lo tanto, ni los bienes ni las personas se verán en riesgo de intrusiones. Además, al vigilar los posibles accidentes también se asegura que, de producirse un incendio o una inundación, los daños serán los mínimos posibles. En resumen, son beneficios económicos y de calidad de vida, ya que la tranquilidad de sentirse protegido es un bien de incalculable valor.