Cada vez son más las empresas que se deciden por el outsourcing. Este no consiste en otra cosa que en dejar en manos de otra compañía ciertas tareas específicas. Algo por lo que apuestan no solo las grandes compañías, también las pymes han comenzado a delegar parte de su trabajo en empresas especializadas.

Las actividades que pueden externalizarse abarcan casi todo el panorama laboral. La tecnología, el marketing, la limpieza, la representación, el mantenimiento electrónico o el diseño son sectores muy comunes en el outsourcing y, hoy por hoy, continúan aumentando de forma imparable. Las empresas se liberan mediante la contratación de servicios auxiliares de tareas básicas que les exigen tiempo y esfuerzo, pero que no constituyen la esencia de su idea de negocio. Lo cierto es que la externalización trae grandes beneficios para las empresas que abogan por ella.

¿Qué ventajas tiene la externalización?

Reducción de costos

El ahorro es uno de los principales beneficios que trae consigo la externalización de servicios auxiliares a las empresas y también el motivo por el que muchas compañías apuestan por ella. Gracias al outsourcing los gastos de personal quedan fuera de la empresa, al igual que ocurre con otros aspectos. Herramientas y sistemas especializados tampoco tienen que ser adquiridos, pues la empresa externa se encargará de aportarlos al dar sus servicios.

Ahorro de tiempo

El outsourcing no solo supone un ahorro monetario, sino que también trae consigo un ahorro de tiempo. Es habitual que muchas empresas pierdan una gran cantidad de tiempo de trabajo realizando actividades secundarias. Cuando estas se dejan en manos de una compañía externa, este se recupera para poder dedicarlo a las tareas fundamentales que definen al negocio. Un ahorro de tiempo que a su vez se traduce también en un aumento de la productividad en la verdadera labor de la empresa.

Servicio especializado

La contratación de los servicios auxiliares de una empresa externa supone algo más que delegar ciertas tareas en otra compañía. Con frecuencia las empresas de outsourcing están especializadas en determinados sectores laborales como pueden ser el marketing y la ventas, la limpieza, la representación o cualquier otro que se pueda imaginar. Es decir, son especialistas en su trabajo, por lo que podrán dar un mejor servicio, además de hacerlo de manera más eficiente.

Aumento de la eficacia

La eficacia dentro de la empresa es uno de los ámbitos más beneficiados por la externalización. Esta se puede leer en dos sentidos. Por una parte, la actividad externalizada cobra mayor eficacia, pues se deja en manos de una empresa especializada en ella, como ya se ha mencionado. Pero, por otra parte, la compañía que se decide a externalizar parte de su trabajo también ve como aumenta su eficiencia. El outsourcing le da la oportunidad de concentrarse en otras tareas y aumentar la productividad en ellas.

Redefinición de la empresa

La externalización permite a las empresas que abogan por ella reflexionar sobre sí mismas. Dejar ciertas tareas en manos de otra compañía, da la oportunidad de centrarse en otras labores y definir el camino a seguir a partir de ese momento. La redefinición lleva consigo establecer cuál es el cometido principal de la compañía y también sus objetivos específicos. Dos aspectos altamente beneficiosos cuando se habla de rendimiento y eficiencia empresarial.

Disponibilidad de las últimas tecnologías y conocimientos

Hoy existen ciertos avances y herramientas que no están al alcance de todas las empresas. El outsourcing salva este tipo de problemas. Gracias a este sistema es posible disponer de las ventajas de la última tecnología y del personal formado en ella sin tener que hacer una gran inversión en la misma.

Disminución de riesgos

Entre los muchos beneficios del outsourcing se encuentra también la disminución de riesgos. El hecho de delegar ciertas tareas en otras compañías permite no tener que hacerse responsable de los problemas y riesgos que estas puedan entrañar. Además, lo habitual es contratar empresas de servicios auxiliares expertas en la materia, por lo que la aparición de fallos o errores no es tan frecuente y las soluciones serán también más sencillas de encontrar.

Flexibilidad en la respuesta

La externalización de parte de los servicios de una empresa puede resultar muy beneficiosa cuando se trata de tareas puntuales o que no requieren de una continuidad. Existen muchas ocasiones en las que una compañía precisa de una labor puntual, como podría ser por algún evento o proyecto concreto para el que no dispone de personal o de los medios materiales. De igual manera, hay también tareas, como ser el mantenimiento o la representación, que no son diarias, sino que su realización es más espaciada en el tiempo. En ambos casos, el outsourcing permite dar una respuesta flexible, adaptada a las necesidades de la empresa en cada momento.

Apertura de nuevos canales

Delegar parte del trabajo en una empresa de outsourcing da la posibilidad de enfocarse en otras tareas. Pero esta liberación de responsabilidades puede ser también aprovechada para la innovación. La externalización puede ser una oportunidad para investigar y desarrollar nuevas vías de negocio dentro de una misma compañía. Esto puede llevarse a cabo mediante la apertura de nuevos nichos de mercado, por el desarrollo de nuevos productos y servicios o a través de cualquier otro camino a seguir en el mundo empresarial.

¿Una o varias empresas externas?

A la hora de hablar de la externalización de actividades en una empresa suele surgir la duda sobre en manos de quién han de dejarse. Es frecuente que se necesite la contratación de servicios auxiliares para más de una tarea y estas pueden ser de lo más dispares. En estos casos, lo ideal es recurrir a una compañía outsourcing que de solución para todas estas actividades.

Centralizar el outsourcing en una sola empresa permitirá que está conozca mejor la compañía a la que tiene que dar soluciones y ofrecerle un servicio completamente personalizado. Además, tendrá también otros beneficios como puede ser, por ejemplo, el ahorro económico.

En definitiva, el outsourcing se ha convertido en algo más que en delegar aquellas tareas que una empresa no puede realizar. Se ha convertido en toda una estrategia empresarial que permite a las compañías desarrollarse y hacerse mucho más competitivas.